A veces necesitas de un empujón para iniciar el camino, tienes tanto miedo que urges de un hombro en que apoyarte, de una mano para acompañarte, de una voz para aconsejarte y de un par de oídos para que escuchen...
No hay lenguaje en este planeta ni esta dimensión que describa lo agradecido que estas ni lo bien que te sientes, vives detalles que le dan un toque diferente a ese instante...
La brisa fresca, un atardecer, una sonrisa, un gracias, una oración, un ‘te quiero’ en una mirada. A veces, en la soledad y el silencio puedes descubrir que la vida es más que tu trabajo, que tu pareja, que tu iglesia, que tus problemas y tus clavazones...
La vida te murmura, te tienta, te abruma, te coquetea, no se complica. Somos nosotros los que no le prestamos atención.
Hoy quiero transformar miedos en sonrisas aun cuando esté hasta el cuello de problemas. Llegar casi a los 30 creo que me está haciendo mal….
Que más da: la vida se vive, no se pierde el
tiempo en comprenderla.
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