Esta es una experiencia contada por un Superintendente de Circuito...
Resulta que un hermano tuvo que viajar a la China por asuntos de trabajo, se llevo publicaciones bíblicas y en parte las coloco en el bolsillo de su camisa, para que si alguien lo viera reconociera en seguida que era un Testigo de Jehová...
Iba solo 5 días y cuando llego se llevo una desilusión, pues nadie lo saluda, no nadie predicando y por mas que pregunta a la gente y busca después de trabajar no encuentra ningún salón del reino...
Hasta pide en oración encontrar algún hermano cristiano para poderlo saludar, pero nada así que cuando se le acaban los dias se va muy triste...
Resulta que en China, la obra esta proscrita, en el aeropuerto se le acerca un hombre chino y le da un periódico a escondidas marchandosé sin decir una palabra, en el periódico encuentra un tratado con un mensaje que decía:
"Hola querido hermano, como estas? Quiero decirte que te reconocimos desde el primer día, y aunque no lo crea, te estuvimos cuidando todo el tiempo "...
Y pensandolo bien fue cierto, pues al hermano le fue muy fácil su estancia en China, encontro todo lo que necesitaba: taxi, alojamiento, comida y traductor. Él pensó que así era la gente que era muy fácil era vivir en China...
La nota en el tratado decía también:
"Los hermanos no se te acercaron por tu propia seguridad y no te detuvieran, ya que en China esta penado el predicar en publico, cuando estés en el avión asoma por la ventanilla y todos los reflejos de espejos que veas, seran saludos de tus queridos hermanos"...
El hermano subió apresuradamente su avión y miro por la ventana mientras despegaba, cuando de repente vio reflejos de espejos por todos los sitios hasta ascender a cientos, cerro sus ojos y con una gran satisfacción le dio gracias a Jehová por haber respondido a sus oraciones, y aunque no los pudo ver en esos cinco dias, ahora los podía sentir a cada uno de ellos en su corazón...
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