No quiero amarte como aman los demás.
Con una convicción temporal, con distracción, sin recordar;
una moda que dura una temporada, o una opinión al azar.
Quiero amarte de verdad. Con el alma entera.
Quiero despertar con tu nombre en mis labios. Quiero que seas mi aliento.
Quiero amarte cuando no estás, no me oyes, no me ves. Quiero amarte de frente y a escondidas. Quiero amarte siempre.
Quiero gritarte que te amo y amarte en silencio.
Amarte como un mudo, un ciego, un sordo. Amarte afuera y amarte adentro.
Cuando estarás enferma, dolida, confundida, inerme. Quiero amarte siempre.
Seré inusual y escandaloso, revolucionario y conservador porque yo te amaré siempre.
Me tomarán el pelo, no entenderán, intentarán persuadirme y comprarme pero yo te amare siempre.
En guerra y en paz. En salud y enfermedad. En compañía y soledad. Dentro y afuera. Antes y después. Siempre.
Quiero amarte sin miedo. Con esperanza viva y alma fuerte. Y en medio de vientos y mareas ser una torre firme y valiente.
Yo pequeño, enfermo, feo, pero duro para amarte siempre.
Amarte tanto que cuando ya no recuerde mi nombre aún recuerde tu rostro, y aún pueda amarte con todas las lágrimas y todas las sonrisas.
Protegerte, adorarte, apoyarte, escucharte, tenerte, respirarte.
Todo esto pero sobretodo amarte.
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