En mi experiencia, me di cuenta que no hay nada más peligroso que enamorarse de alguien que te entrega todo. Alguien que se preocupa por ti, por si ya comiste, por saber cómo te fue en tu día y esas cosas que hacen las personas cuando sienten interés por alguien.
Es peligroso alguien que puede seducirte con sus perversiones pero también ahogarte en sus cursilerías. Que no cree en historias de amor tal y como las cuentan los cuentos de princesas y héroes, pero que cada día te hace vivir una; esa que escribe sobre ti y nadie más, para convertirte en un alma inmortal por amor.
Peligroso es alguien que te da su amistad pero también es tu amante y siempre es tu amor.
Cuídate de quien no tiene pena de contarte todo de sí y dejarte entrar a sus abismos más profundos. Alguien que te muestre que puede llegar a ser un verdadero infierno por las malas, pero a su vez, demasiado frágil cuando tira sus barreras.
En definitiva, alguien así es peligroso y lo es porque de una persona así no te libras nunca y jamás querrás dejarle ir.
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