Señores, les fallé, estoy enamorado.
Enamorado de las manos del cocinero, de una que otra cicatriz, de un par de pecas resultado del brincoteo de aceite, hasta de las cortadas me he enamorado...
Estoy enamorado del rudo proceder en la tablajeria y del delicado manejo de la pasta phylo...
Enamorado de las mentes que crean, de las bocas que enseñan, de los oidos curiosos, del olor del chile tatemado, el pan horneandose, o de la salsa verde con tomates asados...
Señores, me enamoré de la forma más ingrata, solito, así nomas, por mi cuenta, sin que ellas lo sepan.
Para mí, la cocina nunca será sobre rostros bonitos, filipinas de marca, tatuajes o revistas; para mi la cocina siempre será sobre manos que trabajan, sobre la magia resultado de conocimientos y habilidad, la alquimia resultante de los elementos propios de la materia prima...
La cocina es sobre el cocinero, la cocina es sobre sus manos, la cocina es de ideas, la cocina es sobre el infinito de posibilidades...
Cocinero soy e inevitablemente:
Me enamoré de ella: de la cocina..
Me enamoré de ellas: de las manos de cocinero...
Me enamoré de ellos: de los recetarios mexicanos...