Hace tiempo que no te escribo a ti.
Se me ha pasado el tiempo y la vida explicándole a otros cuanto les amo y dejé simplemente de tener estos encuentros contigo.
No me culpes, a veces, cuando nos sentimos sólos olvidamos la verdadera compañía.
Nos vamos arrastrando penas y orgullos, dignidad, desamores y entre tanto temor sólo sembré indiferencia hacia a ti.
Que siempre y sin reservas estabas ahí, en tu rincón, observando como sembraba esperanza y besos en otros espacios.
Viendo con tristeza como me dedicaba y arrastraba hasta el orgullo con tal de sentir amor.
Seguro también lamentaste mis lágrimas, seguro me abrazaste y acariciaste mis penas.
Y yo querido amor, en mi egoísmo no tuve la capacidad de acordarme de ti.
Te olvidé, te hice a un lado, subestime lo grande, hermoso y leal que eres, sin darme cuenta de que siempre estarías en la inmensidad de mi corazón, como aquel invierno que concluye y nos brinda un radiante Sol.
Por ello hoy me acerco a ti, para decirte que Te amo, que te necesito y que me disculpes por haberte dejado en el olvido.
A ti, gran amor; MI AMOR PROPIO
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