Hace mucho tiempo un hombre de edad adulta que vivía en un pueblo lejano y olvidado por el tiempo quería hacer una siembra anual de fresas en el jardín de su casa pero debido a su avanzada edad no podía.
Su único hijo llamado Héctor quien era el que lo ayudaba en aquella ardua labor estaba en prisión.
... El viejo muy triste le escribió una carta a su hijo contándole su situación :
“Querido hijo te escribo esta carta para contarte la tristeza que tengo ya que se me ha hecho imposible plantar mi jardín durante este año ya no tengo fuerzas para hacerlo estoy seguro que si estuvieras acá me ayudarías en aquella ardua labor como solías hacerlo espero Dios permita que salgas pronto de aquel lugar te extraño papá.”
A los días el viejo recibió una carta de respuesta :
“Querido padre te pido por favor que no hagas ninguna excavación en el jardín porque precisamente ahí fue donde oculte el dinero que robe y las armas que use para el robo te quiero tu hijo Héctor ”
Muy temprano en la mañana al otro día de haber recibido la carta la policía hizo un operativo y llego a la casa del anciano cavaron todo el área buscando el dinero y las pruebas de las que Héctor hablaba en su carta al no encontrar nadase disculparon con el anciano y se marcharon.
Ese mismo día en la tarde el viejo recibió otra carta que decía lo siguiente :
” Querido padre ahora ya puedes plantar tus fresas fue lo único que pude hacer por ti bajo estas circunstancias te amo. ”
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