Ambos, creyentes y practicantes van al cielo.
Allá en el cielo, ella busca al que fue su marido durante 50 años y corriendo hasta donde él se encuentra, lo abraza, lo besa, le hace infinidad de caricias y le dice:
¡Queridooooo! ¡Qué suerte encontrarnos nuevamente!
A lo que él responde:
No, no, no. No me vengas ahora con tonterías. El trato fue:
¡¡¡HASTA QUE LA MUERTE NOS SEPARE!!!
No hay comentarios:
Publicar un comentario