Queremos recordar una raza que acompañó al hombre argentino en una de sus aventuras más importantes y que se extinguió en la década del 90: el Perro Polar Argentino.A mediados del siglo pasado, en las bases antárticas de Argentina se necesitaba una forma segura y rápida de trasladarse. Esto motivó a un grupo de más de treinta veterinarios militares y enfermeros liderados por Héctor Martín y Félix Daza Rodríguez, a desarrollar una raza que tuviera la capacidad de recorrer largas distancias llevando cargas pesadas y resistiendo las bajísimas temperaturas de la Antártica. Además, tenía que ser fácil de criar y mantener.
Para dar origen a esta raza se cruzaron las razas Husky Siberiano, Alaskan Malamute, Groenlandés y Spitz manchuriano, obteniendo un perro corpulento, pesado, de colores marrón claro, blanco y negro.
El ejemplar más famoso del Perro Polar Argentino fue Poncho, que pasó a la historia porque fue capaz de guiar a una expedición de rescate hasta donde estaban los sobrevivientes de un accidente de avión, salvando la vida de todos. El cuerpo embalsamado de Poncho se conserva hasta el día de hoy en la ciudad de Ushuaia.
Respondiendo al Tratado Antártico de Protección del Medio Ambiente, Argentina debió retirar todos los ejemplares del Perro Polar Argentino de sus bases en la Antártica, trasladándolos a Tierra del Fuego.
Pero como estos perros nunca habían tenido contacto con otros perros, no tenían las defensas naturales necesarias para resistir al cambio. La mayoría murió antes del primer año del traslado y el resto fué desapareciendo con el correr de los años.
Hoy el Perro Polar Argentino se considera una raza extinta.
La historia de esta raza y la de su famoso ejemplar Poncho, demuestra que los perros también merecen su lugar en la historia...
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