Nada mas llegando al territorio informal con Orlando empezó a decirme:
Tengo tantas cosas en mi cabeza, no te imaginas como anduve estos días con la autoestima por los suelos y sin poderle decirle a nadie pero ya ando un poco mejor...
Le dije pues cuéntame y desahógate conmigo obviamente solo me dijo unas cuantas cosas y reservo otras tantas, en su semblante le note que si descanso de la presión que lo oprimía por dentro pero también note que se quedo con ciertas cosas sin querer revelarlas...
¿Confías en mí? – le pregunte – entonces dime todo y no te quedes con nada, se lo difícil que es tener que guardarte algo sin decírselo a nadie
Claro que confió en ti – me respondió – y se que nunca le contaras a nadie, pero comprende hay detalles de mi vida que no puedo decirte porque Tú y Yo somos tan iguales...
¿Iguales? – le cuestione – no te entiendo...
Si – contesto – hay cosas que ocultamos a los demás y fingimos que todo esta bien cuando en realidad no es así, pero nos quedamos callados porque no queremos dañar a nadie y tampoco queremos que cambie la imagen que los demás tienen de nosotros, así como tu has ocultado eso de los demás Yo también...
Hay detalles que no conocemos bien uno del otro, pero eso no es relevante para nuestra amistad, somos los mejores amigos y meteríamos las manos al fuego por el otro sin dudarlo, pero:
¿Me gustaría saber si Orlando ha cometido los mismos errores que Yo he cometido y he preferido callar ante los demás?
¿Tendremos algún día una confianza tan íntima como para abrirnos uno al otro?
Solo el tiempo lo dirá, y se también que el mismo tiempo lo único que hará será fortalecer nuestra amistad....
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